Vida Tenía sólo cinco meses de edad cuando sus padres, misioneros presbiterianos, fueron destinados a China, y allí creció, se formó y pasó gran parte de su vida. Ella misma afirmaría después que su primera educación, a cargo de un tutor chino (“míster Kung”) que le enseñó los primeros rudimentos de las costumbres, la filosofía, la historia y la literatura chinas, era radicalmente diferente de la que recibían por entonces los jóvenes de su país. Todo ello sazonado por las innumerables historias, leyendas, cuentos y anécdotas que recibía por parte del servicio (su niñera, el cocinero de la familia).