Descripción de la obra En esta obra Miguel Ángel rompe con la tradición anterior, según la cual en el tema de la Piedad el dolor siempre se asociaba con la idea de redención. El artista nos presenta una jovencísima Virgen, de una belleza idealizada, que se inclina ligeramente sobre el Hijo, cuyo cuerpo sin vida reposa en su regazo. Cristo se hunde en ella y ella se hunde con él. La dulzura y la tragedia conviven en esta composición personalísima del artista. La desnudez del Cristo realizada con perfecto conocimiento anatómico contrasta con los ropajes de la Virgen de gran virtuosismo técnico. El maestro reafirma en esta obra su origen florentino y su formación quattrocentista. Se funde en ella el ideal renacentista de la belleza “divina”, según Vasari, con la más exquisita indagación formal.